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Meghan y Harry en su entrevista con Oprah: Racismo, pensamientos suicidas y socorro

Los duques de Sussex han roto su silencio a cerca del cuento de hadas que supuso el ingreso de Meghan Markle a la familia real británica por su matrimonio con el príncipe en 2018, y como muy pronto, según ellos, se convirtió en todo una pesadilla. Racismo, pensamientos suicidas, omisión de socorro, decepción, palabras muy duras contra algunos Windsor y muy pocas líneas rojas que los duques no han querido cruzar. La entrevista prometía ser dura y no ha decepcionado.

Las revelaciones más estremecedoras que retratan a una familia real británica muy activa en intrigas palaciegas y desplantes llegaron de boca de la exactriz, quien protagonizó en solitario la primera mitad de la entrevista con la presentadora Oprah Winfrey. El programa especial duró dos horas y se emitió en horario de máxima audiencia en la cadena CBS. Meghan contó que “hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera» su hijo, Archie Mountbatten-Windsor, quien por nacimiento se convirtió en historia al ser el primer Windsor mestizo.

La duquesa detalló que esos presuntos comentarios racistas se pronunciaron en «conversaciones que la familia tuvo» con Harry, pero se negó a identificar quienes los manifestaron. Igual que su marido, que confirmó esos comentarios al unirse a la charla con la presentadora pero tampoco quiso personalizarlos: «Es una conversación de la que nunca voy a hablar». “Fue chocante», añadió el hijo de la recordada princesa Diana de Gales.

La duquesa de Sussex, que reveló en la entrevista que el segundo hijo que espera junto a Harry para el próximo verano es una niña, lamentó que pueda seguir existiendo ese tipo de racismo en la familia real, subrayando que «la Commonwealth es una parte enorme de la monarquía y el 60 o 70 % son gente de color», y añadió que sabe «lo importante que ha sido para ellos ver a alguien en esta posición que tiene un aspecto similar al suyo».

«Simplemente, ya no quería estar viva». La duquesa también habló del tiempo en que su salud mental empeoró notablemente. Fue durante su primer embarazo, y llegó el punto en el que tuvo que hablar en serio con Harry porque tenía pensamientos suicidas «muy claros, reales y constantes, que daban miedo». Como en un Déjà vu de la serie de Netflix The Corwn, Meghan cuenta que acudió a «una de las personas de mayor rango en la institución» y le «suplicó que le ayudara» a mejorar su salud mental, pero le respondieron «que no, que no podían hacer nada» por ella.

Ese alto rango entre los Windsor hizo caso omiso a las peticiones de socorro de Meghan: «Nunca hicieron nada, así que tuvimos que encontrar una solución». Y eso lo conectan, junto a la presión mediática, con su renuncia como miembros trabajadores de la familia real británica, conocido como Megxit. Según el príncipe Harry, aunque su familia “dio al principio la bienvenida» a Meghan, las cosas empezaron a cambiar después de la gira de ambos por Oceanía, en la que quedó clara la popularidad de su esposa, como ocurrió con la visita a Australia en 1983 de Diana de Gales, la madre de Harry. «Mi mayor preocupación fue que la historia se volviera a repetir», dijo el príncipe, quien se mostró agradecido de contar con Meghan y así no tener que pasar «solo» por el proceso de distanciamiento de la monarquía, como le ocurrió a su madre.

Cuando se sumó a Meghan y Oprah, el príncipe Harry negó otra información aceptada ampliamente en los medios desde el día de su renuncia, el de que no le comunicaron a la reina Isabel su decisión de apartarse de la monarquía. «Yo nunca ocultaría algo así a mi abuela, tengo demasiado respeto por ella», indicó, y añadió que tienen una buena relación con la reina y hablan con ella por Zoom.

Del príncipe Carlos, su hija contó que al tomar la decisión de empezar una nueva vida él dejó de «responderle al teléfono». «Me siento realmente decepcionado, porque él ha pasado por algo similar. Ha habido mucho dolor», señaló Harry, quien confió en poder «reparar la relación» con su padre próximamente. Sobre su hermano Guillermo, el segundo en la línea de sucesión al trono, dijo que la relación entre ambos consiste ahora en darse «espacio», y que aunque le «quiere mucho», están ahora en «caminos diferentes»

«Yo estaba atrapado por ese sistema y no lo sabía. Mi padre y mi hermano están atrapados, no pueden irse, y eso me inspira una compasión enorme», dijo sobre el deber hereditario en su familia Harry –quien es Enrique para los puristas, pero, en cuanto a reconocimiento, la traducción de su nombre no empieza el partido–.

Fuente: BBC