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El concierto más grande del mundo desde el estallido de la pandemia: 50 mil personas disfrutaron de un show en Nueva Zelanda

El cantante Matiu Walters sonrió mientras miraba a los 50.000 extasiados fanáticos y saludó: “¿Cómo están, Eden Park?”

Mientras que gran parte del mundo sigue confinado, el grupo Six60 ha estado tocando ante grandes multitudes en Nueva Zelanda, donde no es necesario el distanciamiento social después de que la nación haya erradicado el coronavirus. El cierre de la gira de la banda, el sábado por la noche, se anunció como el mayor concierto del mundo desde que comenzó la pandemia.

Igualmente trascendental para una banda que se conoció jugando al rugby en la universidad fue conseguir tocar el primer concierto celebrado en el histórico estadio de rugby de Eden Park. Y encontrarse en la cúspide de la música mundial fue un giro para Six60, que ha disfrutado de un éxito sin precedentes en Nueva Zelanda, pero cuyas incursiones en el extranjero han terminado sin los avances que buscaban.

A una de las asistentes, Lucy Clumpas, le pareció una experiencia surrealista estar rodeada de tanta gente después de haber pasado el año pasado viviendo interminables encierros en Gran Bretaña. “Es muy importante para nosotros, como seres humanos, poder reunirnos y cantar juntos las mismas canciones”, dijo. “Nos hace sentir que formamos parte de algo”.

Walters, el vocalista, dijo que desean desesperadamente que sus amigos músicos de todo el mundo puedan volver a tocar en directo. “Sabemos lo que es estar encerrado. Fue una mierda. Y no sabíamos si íbamos a poder volver a dar conciertos”, dijo en una entrevista antes del espectáculo. “Pero somos afortunados, por algunas razones, aquí en Nueva Zelanda”.

El guitarrista Ji Fraser dijo que la recepción que recibieron durante su gira de verano había sido increíble. “Fue increíble ver lo fanática que era la gente y lo emocionada que estaba por salir y ver música en directo, y ver algo que les sacara de un año largo y brutal”, dijo. “Fue muy especial”.

Walters dijo que sí les preocupaba que algo pudiera salir mal, que sus conciertos se convirtieran en eventos súper difundidos. Pero dijo que no había mucho que hacer, aparte de cumplir las reglas y seguir las directrices del gobierno.