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La foto de unidad que se rompió por la tensión entre Alberto y Cristina

A pesar de que pegaron el faltazo a los actos en Tucumán para poder estar juntos en la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner y dar la sensación de unidad de cara a las PASO, quedo claramente en evidencia las diferencias entre el presidente y la vicepresidenta.

El analista politico tucumano, Luis Karamaneff, analizó en Radio Prensa lo que significa en términos políticos la inauguración del gasoducto Nestor Kirchner, que tuvo lugar este domingo en la provincia de Buenos Aires. «El mensaje se tiene que leer en clave electoral. Fue un mensaje electoral, en donde el oficialismo buscó dar la sensación de unidad, pero también una señal de fin del ciclo», inició.

Y añadió: «Vimos a un Sergio Massa fue pensando en el futuro; a Cristina Fernández realizando las críticas sobre todo al sector empresario y señalando un apoyo claro y concreto a la candidatura de Massa; y a Alberto Fernández concentrado en tratar de destacar su gestión, tratando de destacar su legado a futuro en lo que se entiende es el fin de su ciclo».

La relación Cristina-Alberto rompió la foto de unidad

«Esa señal de unidad que se trató de impulsar no coincidió con lo que pasaba en el escenario, donde Cristina y Alberto se ignoraron. No se pronunciaban sus nombres. Alberto hablaba de los que lo precedieron en el uso de la palabra, como si no pudiera nombrarlos a Sergio y a Cristina; y la vicepresidenta hablando directamente con el ministro de Economía, haciendo alusión en ciertos comentarios a las dificultades a la gestión. Pero se percibía ahí cierta tensión y cierta falta de resolución del conflicto».

Elogios a Massa

«En los mensajes de Cristina quedó claro hacia quien va el apoyo de la vicepresidenta en las PASO de agosto. En este acto queda claro quien es su candidato a presidente. De ahí se entienden los constantes elogios al ministro de Economía, que va a competir en la interna contra Juan Grabois», remarcó.

En clave económica y electoral

«El hito de haber concretado una obra de esta envergadura es el motivo por el cual va a estar asentado toda su estructura electoral. No solo por el gasoducto, sino por la gestión económica, que además de ser su mayor fortaleza, es también su mayor debilidad. Con inflación de un 140% interanual, con una negociación con el FMI todavía pendiente, son su pricinpales desafíos a la hora de construir una narrativa que lo exima de responsabilidades de lo que pasó en estos 4 años con un gobierno del que él formó parte», sentenció.